JÓVENES CONSTRUCTORES

Para construir una ciudad diferente se necesitan jóvenes soñadores emprendedores y valientes.

Quiero aprovechar este espacio, amigos y amigas, jóvenes vicentinos, invitándoles a ser diferentes y hacer la diferencia en esta sociedad donde lo que reina es el individualismo, el egoísmo, la indiferencia ante el sufrimiento del hermano y el poder del más fuerte, que muchas veces, pasa por encima del más débil.

Pero, se preguntarán ustedes, qué significa ser y hacer la diferencia? Significa precisamente, “Ser Joven”; es decir, soñar con el alma joven, aceptar retos que otras personas no están dispuestos a aceptarlos porque han envejecido, no en edad, sino del espíritu.

“Los verdaderos sueños son aquellos que oxigenan el alma”. Soñar es creer en si mismo, creer en los demás, creer en Dios… es creer en las propias aspiraciones e ideales, es trasformar las aspiraciones e ideales en metas; pero no basta con soñar, es necesario luchar por hacer realidad esos sueños, alcanzando las metas; lo cual implica esfuerzo, dedicación, trabajo, lucha constante, entrega, renuncias y hasta sacrificios.

La sociedad vicentina de hoy requiere y exige jóvenes emprendedores, capaces de dar nuevos aportes y construir una sociedad que, centrada en el ser humano, favorezca condiciones de vida mejores para todos y todas.
Lograr mejores condiciones para todos y todas implica que la juventud vicentina descubra su propia identidad, se forme integralmente y una su alegría, dinamismo, entusiasmo, aspiraciones, metas y esfuerzos por construir una ciudad con la que todos y todas se sientan identificados y orgullos.